Tim y Betsy servían como maestros de jóvenes en su congregación. Ahí conocieron a Bob y Jack, dos jóvenes poseídos por demonios.
Al principio Tim no creía que esto podía ser posible y se resistía a creer que el diablo mismo podía habitar en cuerpos humanos, pensaba que el problema seria psicológico, sin tomar en cuenta la opinión de su esposa.
Pero al comenzar a tratar con ellos se dio cuenta que en realidad si podía suceder, entonces fue cuando comenzó a interceder mediante la oración y la Palabra de Dios.